Local Church Budget
|
kathleenstewardship
January 2, 2021
Available Language(s):
Author: Angel J. Rodriguez
Un visiteur est arrivé à l’église en plein hiver. Il a remarqué qu’il y faisait froid, et tout le monde portait des manteaux et des écharpes. Le visiteur a trouvé le premier ancien et lui a demandé : « Votre chauffage est-il en panne ?
– Non, il fonctionne très bien. Nous n’avons tout simplement pas suffisamment d’argent pour payer la facture !
Surpris, le visiteur a rétorqué : Le budget de l’église locale ne gère-t-il pas ces questions ? »
L’ancien secoua la tête.
Le visiteur a demandé la permission de s’adresser à l’église. Il dit aux membres : « Combien d’entre vous avez du chauffage chez vous ? » Tout le monde a levé la main.
Il a poursuivi en disant : « Aujourd’hui, nous sommes dans l’église de Dieu. Je crois que Dieu mérite mieux que le confort de nos maisons. Je reviendrai sabbat prochain et je ferai un don à l’église. Combien se joindront à moi ? »
La plupart de la congrégation a levé la main. Puis il a lu ce passage : « Que chacun donne comme il l'a résolu en son coeur, sans tristesse ni contrainte; car Dieu aime celui qui donne avec joie. » 2 Corinthiens 9.7
Le sabbat suivant, le visiteur était là et encourageait les membres à donner au budget local. La congrégation a continué à payer pour le chauffage tout au long de l’hiver en apportant leurs offrandes pour couvrir les dépenses de l’Église. Lorsque nous comparons les dépenses liées à notre propre maison avec les besoins de l’Église, nous voyons l’importance de soutenir le budget local.
– Non, il fonctionne très bien. Nous n’avons tout simplement pas suffisamment d’argent pour payer la facture !
Surpris, le visiteur a rétorqué : Le budget de l’église locale ne gère-t-il pas ces questions ? »
L’ancien secoua la tête.
Le visiteur a demandé la permission de s’adresser à l’église. Il dit aux membres : « Combien d’entre vous avez du chauffage chez vous ? » Tout le monde a levé la main.
Il a poursuivi en disant : « Aujourd’hui, nous sommes dans l’église de Dieu. Je crois que Dieu mérite mieux que le confort de nos maisons. Je reviendrai sabbat prochain et je ferai un don à l’église. Combien se joindront à moi ? »
La plupart de la congrégation a levé la main. Puis il a lu ce passage : « Que chacun donne comme il l'a résolu en son coeur, sans tristesse ni contrainte; car Dieu aime celui qui donne avec joie. » 2 Corinthiens 9.7
Le sabbat suivant, le visiteur était là et encourageait les membres à donner au budget local. La congrégation a continué à payer pour le chauffage tout au long de l’hiver en apportant leurs offrandes pour couvrir les dépenses de l’Église. Lorsque nous comparons les dépenses liées à notre propre maison avec les besoins de l’Église, nous voyons l’importance de soutenir le budget local.
Author: Angel J. Rodriguez
Um visitante chegou a uma igreja no meio do inverno. Ele notou que estava frio dentro do santuário, e todos usavam casacos e lenços de inverno. O visitante conversou com o primeiro ancião e perguntou: “O aquecimento central está quebrado?”
“Não, ele está bom. Só não temos dinheiro suficiente para pagar a conta de aquecimento”.
Assustado, o visitante perguntou: “O orçamento da igreja local não resolve esse problema?”
O ancião balançou a cabeça.
O visitante solicitou permissão para se dirigir à igreja. Ele perguntou aos membros: “Quantos de vocês tiveram aquecimento em suas casas hoje?” Todos levantaram as mãos.
Ele continuou dizendo: “Hoje estamos na igreja de Deus. Acredito que Deus merece mais do que aquilo que desfrutamos em nossos lares. Estarei aqui de visita novamente no próximo sábado e doarei para o orçamento da igreja local. Quantos vão se juntar a mim?”
A maioria da congregação levantou as mãos. Ele leu esta passagem: “Cada um dê conforme determinou em seu coração, não com pesar ou por obrigação, pois Deus ama quem dá com alegria”. 2 Coríntios 9:7
No sábado seguinte, o visitante retornou e levou os membros a doarem para o orçamento local. A congregação continuou pagando o aquecimento durante todo o inverno, pois davam suas ofertas para as despesas da igreja. Quando comparamos os custos em nossa própria casa às necessidades da igreja, podemos ver a importância de apoiarmos o orçamento local.
“Não, ele está bom. Só não temos dinheiro suficiente para pagar a conta de aquecimento”.
Assustado, o visitante perguntou: “O orçamento da igreja local não resolve esse problema?”
O ancião balançou a cabeça.
O visitante solicitou permissão para se dirigir à igreja. Ele perguntou aos membros: “Quantos de vocês tiveram aquecimento em suas casas hoje?” Todos levantaram as mãos.
Ele continuou dizendo: “Hoje estamos na igreja de Deus. Acredito que Deus merece mais do que aquilo que desfrutamos em nossos lares. Estarei aqui de visita novamente no próximo sábado e doarei para o orçamento da igreja local. Quantos vão se juntar a mim?”
A maioria da congregação levantou as mãos. Ele leu esta passagem: “Cada um dê conforme determinou em seu coração, não com pesar ou por obrigação, pois Deus ama quem dá com alegria”. 2 Coríntios 9:7
No sábado seguinte, o visitante retornou e levou os membros a doarem para o orçamento local. A congregação continuou pagando o aquecimento durante todo o inverno, pois davam suas ofertas para as despesas da igreja. Quando comparamos os custos em nossa própria casa às necessidades da igreja, podemos ver a importância de apoiarmos o orçamento local.
Author: Angel J. Rodriguez
Un visitante llegó a la iglesia a mitad del invierno. Notó que hacía frío dentro del templo, y todos llevaban puestos sus abrigos y bufandas. El visitante se encontró con el jefe de ancianos y le preguntó:
–¿Está rota su calefacción?
–No, la calefacción anda bien. El problema es que no tenemos el dinero suficiente para pagar la factura.
Sorprendido, el visitante preguntó:
–¿Acaso no se hace frente a esto, con el presupuesto local de la iglesia?
El anciano sacudió la cabeza.
El visitante pidió permiso para dirigirse a la iglesia, y luego les preguntó a los miembros:
–¿Cuántos de ustedes tuvieron calefacción en sus hogares hoy? –Todos levantaron sus manos.
El visitante continuó diciendo:
–Hoy estamos en la casa de Dios. Creo que Dios merece algo mejor de lo que nosotros disfrutamos en nuestros hogares. Voy a visitarlos nuevamente el sábado que viene y voy a hacer una donación al presupuesto de la iglesia local. ¿Cuántos de ustedes me acompañarán?
La mayoría de la congragación levantaron sus manos y el visitante leyó el siguiente versículo: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre». 1 Corintios 9:7
El siguiente sábado, el visitante regresó y animó a los miembros a que donaran al presupuesto de la iglesia local. La congregación continuó pagando la factura a lo largo de todo el invierno al traer sus ofrendas para los gastos de la iglesia. Cuando comparamos los gastos de nuestros propios hogares con las necesidades de la iglesia, podemos ver la importancia de apoyar a nuestros presupuestos locales.
–¿Está rota su calefacción?
–No, la calefacción anda bien. El problema es que no tenemos el dinero suficiente para pagar la factura.
Sorprendido, el visitante preguntó:
–¿Acaso no se hace frente a esto, con el presupuesto local de la iglesia?
El anciano sacudió la cabeza.
El visitante pidió permiso para dirigirse a la iglesia, y luego les preguntó a los miembros:
–¿Cuántos de ustedes tuvieron calefacción en sus hogares hoy? –Todos levantaron sus manos.
El visitante continuó diciendo:
–Hoy estamos en la casa de Dios. Creo que Dios merece algo mejor de lo que nosotros disfrutamos en nuestros hogares. Voy a visitarlos nuevamente el sábado que viene y voy a hacer una donación al presupuesto de la iglesia local. ¿Cuántos de ustedes me acompañarán?
La mayoría de la congragación levantaron sus manos y el visitante leyó el siguiente versículo: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre». 1 Corintios 9:7
El siguiente sábado, el visitante regresó y animó a los miembros a que donaran al presupuesto de la iglesia local. La congregación continuó pagando la factura a lo largo de todo el invierno al traer sus ofrendas para los gastos de la iglesia. Cuando comparamos los gastos de nuestros propios hogares con las necesidades de la iglesia, podemos ver la importancia de apoyar a nuestros presupuestos locales.