Adventist Community Services
December 10, 2016
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Video Presenter: Kevin Condori
PRESENTER: Kevin Condori
El Salmista nos recuerda que Dios abunda en amor por nuestra sociedad vulnerable, “pero no se olvidará para siempre al necesitado, ni para siempre se perderá la esperanza del pobre” (Sal 9:18, NVI). El amor cristiano nos motiva a servir al necesitado en nuestras comunidades. Rica o pobre, la gente a nuestro alrededor tiene dificultades y clama por ayuda. Pueden ser prisioneros de adicciones, problemas de salud, desafíos económicos, barreras de lenguaje, educación… y la lista continúa. Cada barrera les impide alcanzar el potencial completo para el cual Dios los creó.
A través del presupuesto mundial de hoy, estará apoyando los Servicios Comunitarios Adventistas (ACS) de la División Norteamericana y ADRA. Cuando apoya a ACS, hace un impacto duradero en su comunidad y aun más allá de ella, bien sea como voluntario, donando bienes, o a través de contribuciones financieras. Tocando un corazón, una familia, una comunidad, juntos, podemos transformar las vidas de muchos. Jesús vivió su vida como un siervo humilde. “Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat 20:28, NVI).
De tal forma, el resultado final de la vida del cristiano consiste en ser siervo de Dios. Los Servicios Comunitarios Adventistas nos otorgan la oportunidad de ser siervos de Dios en nuestras propias comunidades al prestar apoyo y asistencia en ministerios de ayuda en caso de desastres, cuidado de ancianos, ayuda en crisis, ministerios urbanos, tutoría y mentores, asistencia a jóvenes y jóvenes adultos para capacitarlos para servir. Su ayuda financiera a los Servicios Comunitarios Adventistas ofrecerá la posibilidad de continuar transformando comunidades: una vida a la vez.
Gracias por devolver sus diezmos y ofrendas para ACS.
A través del presupuesto mundial de hoy, estará apoyando los Servicios Comunitarios Adventistas (ACS) de la División Norteamericana y ADRA. Cuando apoya a ACS, hace un impacto duradero en su comunidad y aun más allá de ella, bien sea como voluntario, donando bienes, o a través de contribuciones financieras. Tocando un corazón, una familia, una comunidad, juntos, podemos transformar las vidas de muchos. Jesús vivió su vida como un siervo humilde. “Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat 20:28, NVI).
De tal forma, el resultado final de la vida del cristiano consiste en ser siervo de Dios. Los Servicios Comunitarios Adventistas nos otorgan la oportunidad de ser siervos de Dios en nuestras propias comunidades al prestar apoyo y asistencia en ministerios de ayuda en caso de desastres, cuidado de ancianos, ayuda en crisis, ministerios urbanos, tutoría y mentores, asistencia a jóvenes y jóvenes adultos para capacitarlos para servir. Su ayuda financiera a los Servicios Comunitarios Adventistas ofrecerá la posibilidad de continuar transformando comunidades: una vida a la vez.
Gracias por devolver sus diezmos y ofrendas para ACS.
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El Salmista nos recuerda que Dios abunda en amor por nuestra sociedad vulnerable, “pero no se olvidará para siempre al necesitado, ni para siempre se perderá la esperanza del pobre” (Sal 9:18, NVI). El amor cristiano nos motiva a servir al necesitado en nuestras comunidades. Rica o pobre, la gente a nuestro alrededor tiene dificultades y clama por ayuda. Pueden ser prisioneros de adicciones, problemas de salud, desafíos económicos, barreras de lenguaje, educación… y la lista continúa. Cada barrera les impide alcanzar el potencial completo para el cual Dios los creó.
A través del presupuesto mundial de hoy, estará apoyando los Servicios Comunitarios Adventistas (ACS) de la División Norteamericana y ADRA. Cuando apoya a ACS, hace un impacto duradero en su comunidad y aun más allá de ella, bien sea como voluntario, donando bienes, o a través de contribuciones financieras. Tocando un corazón, una familia, una comunidad, juntos, podemos transformar las vidas de muchos. Jesús vivió su vida como un siervo humilde. “Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat 20:28, NVI).
De tal forma, el resultado final de la vida del cristiano consiste en ser siervo de Dios. Los Servicios Comunitarios Adventistas nos otorgan la oportunidad de ser siervos de Dios en nuestras propias comunidades al prestar apoyo y asistencia en ministerios de ayuda en caso de desastres, cuidado de ancianos, ayuda en crisis, ministerios urbanos, tutoría y mentores, asistencia a jóvenes y jóvenes adultos para capacitarlos para servir. Su ayuda financiera a los Servicios Comunitarios Adventistas ofrecerá la posibilidad de continuar transformando comunidades: una vida a la vez.
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A través del presupuesto mundial de hoy, estará apoyando los Servicios Comunitarios Adventistas (ACS) de la División Norteamericana y ADRA. Cuando apoya a ACS, hace un impacto duradero en su comunidad y aun más allá de ella, bien sea como voluntario, donando bienes, o a través de contribuciones financieras. Tocando un corazón, una familia, una comunidad, juntos, podemos transformar las vidas de muchos. Jesús vivió su vida como un siervo humilde. “Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat 20:28, NVI).
De tal forma, el resultado final de la vida del cristiano consiste en ser siervo de Dios. Los Servicios Comunitarios Adventistas nos otorgan la oportunidad de ser siervos de Dios en nuestras propias comunidades al prestar apoyo y asistencia en ministerios de ayuda en caso de desastres, cuidado de ancianos, ayuda en crisis, ministerios urbanos, tutoría y mentores, asistencia a jóvenes y jóvenes adultos para capacitarlos para servir. Su ayuda financiera a los Servicios Comunitarios Adventistas ofrecerá la posibilidad de continuar transformando comunidades: una vida a la vez.
Gracias por devolver sus diezmos y ofrendas para ACS.