Local Church Budget
August 6, 2016
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Video Presenter: Lourdes Acuna
PRESENTER: Lourdes Acuna
¿Qué dice el dinero sobre una persona? “Quizás no regalemos dinero a otros, pero el dinero nos revela frente a otros… Si alguien persigue al dinero, se dice que está loco por el dinero; si lo ahorra, se lo considera un capitalista; si lo gasta, es considerado un jugador; si no gana dinero, es considerado un vagabundo; si no trabaja duro para ganarlo, es considerado como alguien sin ambición; y si lo acumula después de una vida de trabajo arduo, la gente lo considera un necio porque no aprovechó la vida” (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 12, 13).
A pesar de ser una exageración, el párrafo anterior refleja mucha verdad. La forma como una persona gasta su dinero muestra donde está lo que le interesa más. Jesús lo dijo mejor: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:21).
Muchos años atrás en la China, los ciudadanos de un pueblo esperaban con angustia la invasión del ejército enemigo. Pronto, los soldados irían de puerta en puerta apropiándose de todo lo que pudieran. Muchos, con desesperación, buscaron refugio en un recinto manejado por misioneros ingleses. Sabiendo lo que los soldados estaban buscando, los misioneros recibieron las cosas para que la gente no tuviera nada de valor con ellos. Los codiciosos soldados tomarían la palabra de los misioneros cuando declararían que el recinto era un lugar de pobreza.
Tristemente, muchos ciudadanos rechazaron estar a salvo con los misioneros porque no podían soltar sus joyas, seda o plata; estaban dominados por el dinero (Ibid., 19, 20). Hoy en día, los creyentes tienen la oportunidad de servir al Señor depositando tesoros en el cielo. “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Luc. 12:34). Que nuestros corazones y tesoros estén en el cielo hoy y siempre. Las ofrendas de hoy serán una bendición para alcanzar a otros en el ámbito local.
A pesar de ser una exageración, el párrafo anterior refleja mucha verdad. La forma como una persona gasta su dinero muestra donde está lo que le interesa más. Jesús lo dijo mejor: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:21).
Muchos años atrás en la China, los ciudadanos de un pueblo esperaban con angustia la invasión del ejército enemigo. Pronto, los soldados irían de puerta en puerta apropiándose de todo lo que pudieran. Muchos, con desesperación, buscaron refugio en un recinto manejado por misioneros ingleses. Sabiendo lo que los soldados estaban buscando, los misioneros recibieron las cosas para que la gente no tuviera nada de valor con ellos. Los codiciosos soldados tomarían la palabra de los misioneros cuando declararían que el recinto era un lugar de pobreza.
Tristemente, muchos ciudadanos rechazaron estar a salvo con los misioneros porque no podían soltar sus joyas, seda o plata; estaban dominados por el dinero (Ibid., 19, 20). Hoy en día, los creyentes tienen la oportunidad de servir al Señor depositando tesoros en el cielo. “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Luc. 12:34). Que nuestros corazones y tesoros estén en el cielo hoy y siempre. Las ofrendas de hoy serán una bendición para alcanzar a otros en el ámbito local.
Video Presenter: Lourdes Acuna
PRESENTER: Lourdes Acuna
¿Qué dice el dinero sobre una persona? “Quizás no regalemos dinero a otros, pero el dinero nos revela frente a otros… Si alguien persigue al dinero, se dice que está loco por el dinero; si lo ahorra, se lo considera un capitalista; si lo gasta, es considerado un jugador; si no gana dinero, es considerado un vagabundo; si no trabaja duro para ganarlo, es considerado como alguien sin ambición; y si lo acumula después de una vida de trabajo arduo, la gente lo considera un necio porque no aprovechó la vida” (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 12, 13).
A pesar de ser una exageración, el párrafo anterior refleja mucha verdad. La forma como una persona gasta su dinero muestra donde está lo que le interesa más. Jesús lo dijo mejor: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:21).
Muchos años atrás en la China, los ciudadanos de un pueblo esperaban con angustia la invasión del ejército enemigo. Pronto, los soldados irían de puerta en puerta apropiándose de todo lo que pudieran. Muchos, con desesperación, buscaron refugio en un recinto manejado por misioneros ingleses. Sabiendo lo que los soldados estaban buscando, los misioneros recibieron las cosas para que la gente no tuviera nada de valor con ellos. Los codiciosos soldados tomarían la palabra de los misioneros cuando declararían que el recinto era un lugar de pobreza.
Tristemente, muchos ciudadanos rechazaron estar a salvo con los misioneros porque no podían soltar sus joyas, seda o plata; estaban dominados por el dinero (Ibid., 19, 20). Hoy en día, los creyentes tienen la oportunidad de servir al Señor depositando tesoros en el cielo. “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Luc. 12:34). Que nuestros corazones y tesoros estén en el cielo hoy y siempre. Las ofrendas de hoy serán una bendición para alcanzar a otros en el ámbito local.
A pesar de ser una exageración, el párrafo anterior refleja mucha verdad. La forma como una persona gasta su dinero muestra donde está lo que le interesa más. Jesús lo dijo mejor: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Mat. 6:21).
Muchos años atrás en la China, los ciudadanos de un pueblo esperaban con angustia la invasión del ejército enemigo. Pronto, los soldados irían de puerta en puerta apropiándose de todo lo que pudieran. Muchos, con desesperación, buscaron refugio en un recinto manejado por misioneros ingleses. Sabiendo lo que los soldados estaban buscando, los misioneros recibieron las cosas para que la gente no tuviera nada de valor con ellos. Los codiciosos soldados tomarían la palabra de los misioneros cuando declararían que el recinto era un lugar de pobreza.
Tristemente, muchos ciudadanos rechazaron estar a salvo con los misioneros porque no podían soltar sus joyas, seda o plata; estaban dominados por el dinero (Ibid., 19, 20). Hoy en día, los creyentes tienen la oportunidad de servir al Señor depositando tesoros en el cielo. “Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (Luc. 12:34). Que nuestros corazones y tesoros estén en el cielo hoy y siempre. Las ofrendas de hoy serán una bendición para alcanzar a otros en el ámbito local.