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May 14, 2016
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Video Presenter: Kevin Condori
PRESENTER: Kevin Condori
¿Se ha preguntado cómo se sintió Job cuando Dios le habló desde la tormenta? (Job 38:1). Dios usó la tormenta como modo de hablar con Job. Tristemente en muchos lugares la gente frecuentemente culpa a Dios por la destrucción de sus hogares, problemas en la comunidad y la muerte de sus seres amados durante los desastres. La Biblia nos enseña que cuando esas tormentas reales o metafóricas de la vida nos afectan, Dios está a nuestro lado dirigiéndonos.
En preparación para el fin del mundo, Jesús nos advirtió de señales en la tierra: “Procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin... Habrá hambres y terremotos por todas partes” (Mat. 24:6, 7). “Satanás … Ahora mismo está obrando…en las desgracias y calamidades … en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos... Estas plagas se harán más frecuentes y más y más desastrosas” (Elena White, El conflicto de los siglos, 72).
Casi a diario, Los Servicios Comunitarios Adventista responden a desastres a lo largo y ancho de Norteamérica. No importa cuán grande o pequeño sea el daño, individuos locales están entrenados para proveer ayuda emocional y espiritual a los sobrevivientes. Como adventistas, estamos comprometidos a hacer lo mejor que podamos para proveer asistencia a cada sobreviviente.
La ofrenda de hoy será gratamente recibida por los Servicios Comunitarios Adventistas en Norteamérica y ADRA. Gracias por devolver los diezmos y apoyar a los Servicios comunitarios Adventistas con sus ofrendas.
En preparación para el fin del mundo, Jesús nos advirtió de señales en la tierra: “Procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin... Habrá hambres y terremotos por todas partes” (Mat. 24:6, 7). “Satanás … Ahora mismo está obrando…en las desgracias y calamidades … en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos... Estas plagas se harán más frecuentes y más y más desastrosas” (Elena White, El conflicto de los siglos, 72).
Casi a diario, Los Servicios Comunitarios Adventista responden a desastres a lo largo y ancho de Norteamérica. No importa cuán grande o pequeño sea el daño, individuos locales están entrenados para proveer ayuda emocional y espiritual a los sobrevivientes. Como adventistas, estamos comprometidos a hacer lo mejor que podamos para proveer asistencia a cada sobreviviente.
La ofrenda de hoy será gratamente recibida por los Servicios Comunitarios Adventistas en Norteamérica y ADRA. Gracias por devolver los diezmos y apoyar a los Servicios comunitarios Adventistas con sus ofrendas.
Video Presenter: Kevin Condori
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¿Se ha preguntado cómo se sintió Job cuando Dios le habló desde la tormenta? (Job 38:1). Dios usó la tormenta como modo de hablar con Job. Tristemente en muchos lugares la gente frecuentemente culpa a Dios por la destrucción de sus hogares, problemas en la comunidad y la muerte de sus seres amados durante los desastres. La Biblia nos enseña que cuando esas tormentas reales o metafóricas de la vida nos afectan, Dios está a nuestro lado dirigiéndonos.
En preparación para el fin del mundo, Jesús nos advirtió de señales en la tierra: “Procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin... Habrá hambres y terremotos por todas partes” (Mat. 24:6, 7). “Satanás … Ahora mismo está obrando…en las desgracias y calamidades … en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos... Estas plagas se harán más frecuentes y más y más desastrosas” (Elena White, El conflicto de los siglos, 72).
Casi a diario, Los Servicios Comunitarios Adventista responden a desastres a lo largo y ancho de Norteamérica. No importa cuán grande o pequeño sea el daño, individuos locales están entrenados para proveer ayuda emocional y espiritual a los sobrevivientes. Como adventistas, estamos comprometidos a hacer lo mejor que podamos para proveer asistencia a cada sobreviviente.
La ofrenda de hoy será gratamente recibida por los Servicios Comunitarios Adventistas en Norteamérica y ADRA. Gracias por devolver los diezmos y apoyar a los Servicios comunitarios Adventistas con sus ofrendas.
En preparación para el fin del mundo, Jesús nos advirtió de señales en la tierra: “Procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin... Habrá hambres y terremotos por todas partes” (Mat. 24:6, 7). “Satanás … Ahora mismo está obrando…en las desgracias y calamidades … en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos... Estas plagas se harán más frecuentes y más y más desastrosas” (Elena White, El conflicto de los siglos, 72).
Casi a diario, Los Servicios Comunitarios Adventista responden a desastres a lo largo y ancho de Norteamérica. No importa cuán grande o pequeño sea el daño, individuos locales están entrenados para proveer ayuda emocional y espiritual a los sobrevivientes. Como adventistas, estamos comprometidos a hacer lo mejor que podamos para proveer asistencia a cada sobreviviente.
La ofrenda de hoy será gratamente recibida por los Servicios Comunitarios Adventistas en Norteamérica y ADRA. Gracias por devolver los diezmos y apoyar a los Servicios comunitarios Adventistas con sus ofrendas.