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April 4, 2015
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Video Presenter: Vanessa Perla
PRESENTER: Vanessa Perla
En los dos milagros de multiplicación de los panes y los peces, Cristo obró por medio de sus discípulos para bendecir a la gente. Es cierto que los discípulos no tenían poder para multiplicar los panes y los peces, pero fueron el medio de comunicación entre Cristo y la gente. “Cristo recibía del Padre; él impartía a los discípulos; ellos impartían a la multitud; y las personas unas a otras” (El Deseado de todas las gentes, p. 337).
Los discípulos se convirtieron en los canales de la bendición del Señor. Dios nos enriquece para toda liberalidad, por eso espera que demos con alegría. Esta escrito: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Cor. 9:7). Cuando damos a otros, los más beneficiados somos nosotros mismos.
Lo invito a ser un canal de Dios, a dar con amor y generosidad, para así recibir la siguiente bendición: “Jehová te escuche en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario y desde Sión te sostenga. Traiga a la memoria todas tus ofrendas y acepte tu holocausto” (Sal. 20:1-4).
Los discípulos se convirtieron en los canales de la bendición del Señor. Dios nos enriquece para toda liberalidad, por eso espera que demos con alegría. Esta escrito: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Cor. 9:7). Cuando damos a otros, los más beneficiados somos nosotros mismos.
Lo invito a ser un canal de Dios, a dar con amor y generosidad, para así recibir la siguiente bendición: “Jehová te escuche en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario y desde Sión te sostenga. Traiga a la memoria todas tus ofrendas y acepte tu holocausto” (Sal. 20:1-4).