Ellen G. White once spoke to a church about the importance of paying tithe. “As the sin of robbing God was presented, the people received clearer views of their duty and privilege in this matter. One brother said that for two years he had not paid his tithes, and he was in despair; but as he confessed his sin, he began to gather hope. ‘What shall I do?’ he asked. I said, ‘Give your note to the treasurer of the church; that will be businesslike.’ He thought that was a rather strange request; but he sat down, and began to write, ‘For value received, I promise to pay—’ He looked up, as if to say, Is that the proper form in which to write out a note to the Lord?
‘Yes,’ he continued, ‘for value received. Have I not been receiving the blessings of God day after day? Have not the angels guarded me? Has not the Lord blessed me with all spiritual and temporal blessings? For value received, I promise to pay the sum of $571.50 to the church treasurer.’ After doing all he could to do his part, he was a happy man. In a few days he took up his note, and paid his tithe into the treasury” (Counsels on Stewardship, pp. 95, 96).
God blesses those who are faithful in returning their tithe to His church. Let us determine to be faithful stewards by giving back to His storehouse.
Author: NAD Stewardship
Video Presenter: Ernie Castillo
PRESENTER: Ernie Castillo
En cierta ocasión Elena G. White habló en determinada iglesia en cuanto a la importancia de pagar el diezmo. “Cuando se presentó el pecado de robar a Dios, la gente recibió un concepto más claro de su deber y privilegio en este asunto. Un hermano dijo que durante dos años no había pagado sus diezmos, y que estaba desesperado; pero después de confesar su pecado, comenzó a cobrar esperanza. "¿Qué debo hacer?" -preguntó.
Le dije: "Entregue una promesa escrita al tesorero de la iglesia; eso tendrá valor formal".
El pensó que eso constituía un pedido más bien extraño, pero se sentó y comenzó a escribir: "Por valores recibidos, prometo pagar. . ." Levantó la cabeza como para preguntar: ¿Es ésta la forma adecuada de formular una promesa al Señor?
"Sí -continuó-, por valores recibidos. ¿Acaso no he estado recibiendo las bendiciones de Dios día tras día? ¿No me han protegido los ángeles? ¿No me ha bendecido el Señor con toda clase de bendiciones espirituales y temporales? Por valores recibidos, prometo pagar la suma de $571.50 dólares al tesorero de la iglesia". Después de haber realizado todo lo posible de su parte, se sintió feliz. Al cabo de pocos días había cumplido su promesa pagando los diezmos a la tesorería. (Consejos sobre mayordomía cristiana, pág. 100-101).
Dios todavía bendice a los que son fieles en devolver el diezmo a su iglesia. Vamos a decidir ser fieles mayordomos, al devolver el diezmo de Dios a su alfolí.
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En cierta ocasión Elena G. White habló en determinada iglesia en cuanto a la importancia de pagar el diezmo. “Cuando se presentó el pecado de robar a Dios, la gente recibió un concepto más claro de su deber y privilegio en este asunto. Un hermano dijo que durante dos años no había pagado sus diezmos, y que estaba desesperado; pero después de confesar su pecado, comenzó a cobrar esperanza. "¿Qué debo hacer?" -preguntó.
Le dije: "Entregue una promesa escrita al tesorero de la iglesia; eso tendrá valor formal".
El pensó que eso constituía un pedido más bien extraño, pero se sentó y comenzó a escribir: "Por valores recibidos, prometo pagar. . ." Levantó la cabeza como para preguntar: ¿Es ésta la forma adecuada de formular una promesa al Señor?
"Sí -continuó-, por valores recibidos. ¿Acaso no he estado recibiendo las bendiciones de Dios día tras día? ¿No me han protegido los ángeles? ¿No me ha bendecido el Señor con toda clase de bendiciones espirituales y temporales? Por valores recibidos, prometo pagar la suma de $571.50 dólares al tesorero de la iglesia". Después de haber realizado todo lo posible de su parte, se sintió feliz. Al cabo de pocos días había cumplido su promesa pagando los diezmos a la tesorería. (Consejos sobre mayordomía cristiana, pág. 100-101).
Dios todavía bendice a los que son fieles en devolver el diezmo a su iglesia. Vamos a decidir ser fieles mayordomos, al devolver el diezmo de Dios a su alfolí.