A young person once confessed after asking for a ride to the mall, “I just got paid and want to get a new pair of shoes. This is my greatest addiction. I purchase shoes, wear them once, and then I display them on my bedroom wall never to be used again.”
Most of us would agree that this young person’s addiction is an unwise use of hard-earned money. What do believers do with their “first fruits”?
In the Jewish culture, the feast of harvest, known as the Feast of the Weeks, was celebrated at the end of May or early June, the time of the early spring harvest. Seven weeks after the barley sheaf was offered, first fruit offerings were brought to the temple priest (The Seventh-day Adventist Bible Commentary, vol. 1, 627).
In wisdom literature, it is common to see the connection between giving and receiving blessings in return. “First fruits are the best the land can offer. When you give the best and are rewarded for that, we would try harder next year.” Similarly, giving one’s best first fruits is applicable in all areas of life: time, talents, and resources. However, “best efforts” is not limited to the 10 percent alone. It affects 100 percent of everything believers are trusted to manage for God’s glory (Douglas W. Johnson, Tithe: Challenge or Legalism? 26, 27).
Instead of using your first resources on consuming something, even if it’s not as frivolous as new shoes, put God first by giving Him the tenth of your first fruits and then more according to how God has blessed you.
Today’s offering goes to local church budget, which includes outreach ministries to those who live near us.
2016-07-16
Author: Nelson Silva
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Le livre des proverbes a été probablement écrit pendant la deuxième partie de la vie de Salomon. Pour cette raison, il eut l'avantage d’expérience de nombreuses années dans la confiance et croyance en Dieu. En plus, il avait la connaissance des relations de Dieu avec son père David. Comme beaucoup des premiers proverbes, le chapitre trois commence par les mots : "Mon fils". Le conseil est donc d’un père expérimenté à un jeune fils.
Salomon rappelle à son fils et à nous aussi : “Confie-toi à l’Éternel de tout ton coeur, et ne t’appuie pas sur ta sagesse ; reconnais-le dans toutes tes voies, et il aplanira tes sentiers. Ne sois point sage à tes propres yeux, crains l’Éternel, et détourne-toi du mal : ce sera la santé pour tes muscles, et un rafraîchissement pour tes os” (Proverbes 3.5-8).
À cette sagesse fondamentale, Salomon ajoute: “Honore l’Éternel avec tes biens, et avec tes prémices de tout ton revenu : alors tes greniers serons remplis d’abondance, et tes cuves regorgeront de moût” (vs. 9, 10). Ce passage est semblable au conseil donné par David, le père de Salomon.
“Offre pour sacrifice à Dieu des actions de grâce et accomplis tes voeux envers le Très-haut. Et invoque – moi au jour de la détresse ; je te délivrerai, et tu me glorifieras” (Psaumes 50.14, 15).
Appel : Le conseil de David et de Salomon est donc le même. En temps de difficultés financières, mettez Dieu en premier et il s'occupera de vous. Faisons-le donc maintenant avec nos dîmes et offrandes.
Author: Nelson Silva
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Após pedir uma carona para o shopping, um jovem confessou: “Acabei de receber meu pagamento e quero comprar um novo par de sapatos. Este é o meu maior vício. Eu compro sapatos novos e após usá-los uma vez, eu os penduro na parede do meu quarto para nunca mais usá-los outra vez.”
A maioria de nós concordaria que o hábito deste jovem é uma péssima aplicação de um dinheiro suado. O que os cristãos fazem com seus “primeiros frutos”?
Na cultura judaica, a Festa da Colheita, conhecida como a Festa das Semanas, era celebrada no final de maio ou início de junho, tempo da colheita da primavera. Sete semanas após o molho da colheita ser oferecido, as ofertas das primícias eram levadas ao sacerdote do templo (Comentário Bíblico Adventista do Sétimo Dia, 1 vol., 675).
Na literatura de sabedoria, é comum ver a conexão entre dar e receber bênçãos em troca. “Os primeiros frutos são o melhor que a terra pode oferecer. Quando damos o melhor e somos recompensados por isso, tentamos repetir essa atitude com mais afinco no ano seguinte.” Da mesma forma, dar o melhor de si (as primícias) é aplicável em todas as áreas da vida: tempo, talentos e recursos. No entanto, os “melhores esforços” não se limitam apenas aos 10%. Eles abrangem 100% de tudo que é confiado à administração dos cristãos para a glória de Deus (Douglas W. Johnson, Tithe: Challenge or Legalism? - Dízimo: Desafio ou legalismo?, 26, 27).
Em vez de usar seus primeiros recursos no consumo de alguma coisa, mesmo que não seja em algo tão frívolo como os sapatos novos de nossa história, coloque Deus em primeiro lugar dando-Lhe o dízimo de seus primeiros frutos e então dê sua oferta de acordo com as bênçãos que Deus tem derramado sobre você.
A oferta de hoje vai para o orçamento da igreja local que inclui o ministério de evangelismo para aqueles que vivem perto de nós.
Author: Nelson Silva
Video Presenter: Elden Ramirez
PRESENTER: Elden Ramirez
Una joven comentó lo siguiente: “Acabo de recibir un pago y deseo comprar un par de zapatos. Esta es mi gran adicción. Compro zapatos, los uso una vez, y luego los pongo en un lugar visible de mi cuarto para admirarlos y no volverlos a usar nunca más”.
La mayoría de nosotros seguramente concuerda que la adicción de esta joven es una forma poco sabia de gastar el dinero ganado con tanto esfuerzo. ¿Qué hacen los creyentes con los primeros frutos?
En la literatura hebrea, la Fiesta de las Cosechas, también conocida como la Fiesta de las Semanas, era celebrada al final de mayo o principio de junio, al momento de la cosecha temprana. Siete semanas después que las gavillas de cebada eran ofrecidas, los primeros frutos eran llevados al sacerdote del templo (The Seventh Day Adventist Bible Commentary, vol. 1, 627).
En la literatura cuando se habla de sabiduría, muy comúnmente se hace la conexión entre dar y recibir bendiciones. Más aún: “Los primeros frutos son los mejores que la tierra puede ofrecer. Cuando usted da lo mejor y es recompensado por eso, trabajará con más entusiasmo el año siguiente” (Douglas W. Johnson, The Tithe, Challenge or Legalism?, 26, 27). Del mismo modo, dar lo mejor de uno a Dios (primeros frutos), se aplica a todas las áreas de nuestra vida: tiempo, talentos y recursos. Sin embargo, “los mejores esfuerzos no se limitan al 10 por ciento solamente. Afecta el cien por ciento de todo lo que se les ha dado a los creyentes, para manejarlo para la gloria de Dios” (Ibid, 26, 27).
En vez de usar sus primeros recursos para consumir algo, aunque no sea frívolo como un par de zapatos nuevos que no necesita, ponga a Dios primero dándole un diez por ciento de los primeros frutos con los que Él lo ha bendecido.
Author: Nelson Silva
Video Presenter: Elden Ramirez
PRESENTER: Elden Ramirez
Una joven comentó lo siguiente: “Acabo de recibir un pago y deseo comprar un par de zapatos. Esta es mi gran adicción. Compro zapatos, los uso una vez, y luego los pongo en un lugar visible de mi cuarto para admirarlos y no volverlos a usar nunca más”.
La mayoría de nosotros seguramente concuerda que la adicción de esta joven es una forma poco sabia de gastar el dinero ganado con tanto esfuerzo. ¿Qué hacen los creyentes con los primeros frutos?
En la literatura hebrea, la Fiesta de las Cosechas, también conocida como la Fiesta de las Semanas, era celebrada al final de mayo o principio de junio, al momento de la cosecha temprana. Siete semanas después que las gavillas de cebada eran ofrecidas, los primeros frutos eran llevados al sacerdote del templo (The Seventh Day Adventist Bible Commentary, vol. 1, 627).
En la literatura cuando se habla de sabiduría, muy comúnmente se hace la conexión entre dar y recibir bendiciones. Más aún: “Los primeros frutos son los mejores que la tierra puede ofrecer. Cuando usted da lo mejor y es recompensado por eso, trabajará con más entusiasmo el año siguiente” (Douglas W. Johnson, The Tithe, Challenge or Legalism?, 26, 27). Del mismo modo, dar lo mejor de uno a Dios (primeros frutos), se aplica a todas las áreas de nuestra vida: tiempo, talentos y recursos. Sin embargo, “los mejores esfuerzos no se limitan al 10 por ciento solamente. Afecta el cien por ciento de todo lo que se les ha dado a los creyentes, para manejarlo para la gloria de Dios” (Ibid, 26, 27).
En vez de usar sus primeros recursos para consumir algo, aunque no sea frívolo como un par de zapatos nuevos que no necesita, ponga a Dios primero dándole un diez por ciento de los primeros frutos con los que Él lo ha bendecido.