As a child, Nelson learned three lessons very early in life. The first lesson was that the diligent prospers (Prov. 10:4). He got his first job when he was in the fourth grade. He had to cut out preselected newspaper articles for a neighbor, collecting two cents per article. Later he became an entrepreneur when he started a fruit business at his grandmother’s house and sold produce at school.
The second lesson was to tithe what he earned. And the third lesson was that money could be saved. Soon, with this strong work ethic, God’s blessings, and the habit of saving part of his income, Nelson accumulated $10. However, there was one more lesson to be learned.
One Sunday morning Nelson was asked to use his hard-earned money to buy food for the family. It was the only money available at home. Nelson didn’t appreciate that; he complained that it was unfair to use his money to feed the family. But he soon realized that he had only two options: keep the money or feed the family. To make matters worse, on his way to the grocery store, Nelson walked by a bookstore where toys and table games were exhibited. He saw all kinds of wonderful things he could buy with his $10. But he hurried on toward the grocery store, where he purchased the food. Then he returned home.
Nelson wanted to accumulate money for selfish purposes. However, he learned that God gives believers money, health, and gifts in order to use them for the common good.
May the Lord help us today to give generously so the local congregation is able to maintain this church building and to minister to others in need.
2016-02-06
Author: Nelson Silva
Video Presenter:
As a child, Nelson learned three lessons very early in life. The first lesson was that the diligent prospers (Prov. 10:4). He got his first job when he was in the fourth grade. He had to cut out preselected newspaper articles for a neighbor, collecting two cents per article. Later he became an entrepreneur when he started a fruit business at his grandmother’s house and sold produce at school.
The second lesson was to tithe what he earned. And the third lesson was that money could be saved. Soon, with this strong work ethic, God’s blessings, and the habit of saving part of his income, Nelson accumulated $10. However, there was one more lesson to be learned.
One Sunday morning Nelson was asked to use his hard-earned money to buy food for the family. It was the only money available at home. Nelson didn’t appreciate that; he complained that it was unfair to use his money to feed the family. But he soon realized that he had only two options: keep the money or feed the family. To make matters worse, on his way to the grocery store, Nelson walked by a bookstore where toys and table games were exhibited. He saw all kinds of wonderful things he could buy with his $10. But he hurried on toward the grocery store, where he purchased the food. Then he returned home.
Nelson wanted to accumulate money for selfish purposes. However, he learned that God gives believers money, health, and gifts in order to use them for the common good.
May the Lord help us today to give generously so the local congregation is able to maintain this church building and to minister to others in need.
Author: Nelson Silva
Video Presenter:
Quando criança, Nelson aprendeu três lições na vida. A primeira foi que as pessoas diligentes prosperam (Pv.10:4). Ele conseguiu seu primeiro emprego quando estava no quarto ano primário e deveria cortar artigos préselecionados de jornais para um vizinho que lhe pagava dois centavos por artigo. Mais tarde, ele começou a vender frutas na casa de sua avó e vendia produtos na escola.
A segunda lição foi dizimar o que ganhava e a terceira lição foi poupança. Logo, com essa forte ética de trabalho, as bênçãos de Deus e o hábito de poupar parte de sua renda, Nelson acumulou 10 dólares. No entanto, havia mais uma lição a ser aprendida.
Certo domingo pela manhã, pediram a Nelson que usasse seu suado dinheiro para comprar comida para a família. Era o único dinheiro disponível em casa e Nelson não gostou muito da ideia. Ele reclamou e disse que era injusto usar seu dinheiro para alimentar a família. Mas ele logo percebeu que tinha apenas duas opções: manter o dinheiro ou comprar comida. Para piorar, em seu caminho ara o supermercado, Nelson passou por uma loja onde viu brinquedos e jogos de mesa expostos e viu todos os tipos de coisas maravilhosas que poderia comprar com seus 10 dólares. Mas ele se apressou em direção ao supermercado onde comprou a comida e em seguida, voltou para casa.
Nelson queria acumular dinheiro para fins egoístas. No entanto, aprendeu que Deus dá dinheiro, saúde e dons a Seus filhos para que eles os usem para o bem comum. Que o Senhor nos ajude hoje a dar generosamente para que esta congregação possa manter esta igreja local e que ela seja uma bênção àqueles que estão em necessidade.
Author: Nelson Silva
Video Presenter: Alexi Garcia
PRESENTER: Alexi Garcia
Cuando niño, Nelson aprendió tres lecciones bien temprano en la vida. La primera fue que el diligente prospera (Prov. 10:4).
Él obtuvo su primer trabajo cuando estaba en el cuarto grado. Tenía que recortar artículos de un periódico que una vecina había preseleccionado. Así ganaba dos centavos por artículo. Más tarde, comenzó un negocio de venta de frutas en la casa de su abuela y también vendía cosas en la escuela.
La segunda lección fue la de dar el diezmo de lo que ganaba. Y la tercera lección fue que el dinero podía ser ahorrado. Pronto, gracias a su trabajo, las bendiciones de Dios, y su hábito de ahorrar parte de sus ingresos, Nelson acumuló algo de dinero. Sin embargo, había una lección más que debía aprender.
Un día la madre le pidió a Nelson que use ese dinero ganado con arduo trabajo para comprar alimento para la familia. Ese era el único dinero disponible en la casa. Nelson no apreció esa petición; se quejó diciendo que no era justo que tuviera que usar su dinero para alimentar a la familia. Sin embargo, solo tenía dos opciones: quedarse con el dinero o alimentar a su familia. Para colmo, mientras caminaba hacia la tienda de víveres pasó frente al negocio donde estaban expuestos varios juguetes. Sus ojos percibieron todas las cosas maravillosas que podría comprar con su billete. Sin embargo, Nelson siguió con paso firme hacia el negocio de alimentos. Regresó a su casa con los brazos llenos de alimentos.
Nelson quería acumular dinero con propósitos egoístas. Sin embargo, aprendió que Dios le da a los creyentes bienes, salud y dones para usarlos para el bien de los demás (1 Cor. 12:7, NVI).
Que el señor nos ayude hoy a dar generosamente de tal forma que la congregación local pueda mantener este edificio y pueda ayudar a quienes están en necesidad.
Author: Nelson Silva
Video Presenter: Alexi Garcia
PRESENTER: Alexi Garcia
Cuando niño, Nelson aprendió tres lecciones bien temprano en la vida. La primera fue que el diligente prospera (Prov. 10:4).
Él obtuvo su primer trabajo cuando estaba en el cuarto grado. Tenía que recortar artículos de un periódico que una vecina había preseleccionado. Así ganaba dos centavos por artículo. Más tarde, comenzó un negocio de venta de frutas en la casa de su abuela y también vendía cosas en la escuela.
La segunda lección fue la de dar el diezmo de lo que ganaba. Y la tercera lección fue que el dinero podía ser ahorrado. Pronto, gracias a su trabajo, las bendiciones de Dios, y su hábito de ahorrar parte de sus ingresos, Nelson acumuló algo de dinero. Sin embargo, había una lección más que debía aprender.
Un día la madre le pidió a Nelson que use ese dinero ganado con arduo trabajo para comprar alimento para la familia. Ese era el único dinero disponible en la casa. Nelson no apreció esa petición; se quejó diciendo que no era justo que tuviera que usar su dinero para alimentar a la familia. Sin embargo, solo tenía dos opciones: quedarse con el dinero o alimentar a su familia. Para colmo, mientras caminaba hacia la tienda de víveres pasó frente al negocio donde estaban expuestos varios juguetes. Sus ojos percibieron todas las cosas maravillosas que podría comprar con su billete. Sin embargo, Nelson siguió con paso firme hacia el negocio de alimentos. Regresó a su casa con los brazos llenos de alimentos.
Nelson quería acumular dinero con propósitos egoístas. Sin embargo, aprendió que Dios le da a los creyentes bienes, salud y dones para usarlos para el bien de los demás (1 Cor. 12:7, NVI).
Que el señor nos ayude hoy a dar generosamente de tal forma que la congregación local pueda mantener este edificio y pueda ayudar a quienes están en necesidad.