El dinero ocupa un lugar bastante alto en las prioridades humanas. Tenemos la tendencia a ser tacaños. Cuando el pecado entró en el mundo, el egoísmo tomó el lugar del amor. La generosidad no es algo que surge con naturalidad, o fácilmente.

El diezmo es una de las recetas del cielo para nuestra salud espiritual. La vida de Jesús se caracterizó por dar. El dar es el estilo de vida que nos preparará para el cielo.

“Dad, y se os dará. . .” Lucas 6:38. Tal es el ciclo de la bendición de Dios, y Dios hará su parte y honrará su promesa.

El dar reciproca en bendiciones. Por ejemplo, en un bautismo vemos el dinero de la iglesia en función. Con el diezmo se paga a los pastores y evangelistas. El dinero del presupuesto de iglesia paga por la electricidad, para tener un bautisterio lleno de agua caliente, así como los demás gastos que se producen para mantener el edificio de la iglesia.

Al Dios prosperarnos, nosotros vamos a ser los bendecidos, cuando somos fieles al devolver el diezmo y dar nuestras ofrendas semana tras semana. Dios se agradará, su obra prosperará y tendremos gozo, sabiendo que hemos tenido una parte en la ganancia de almas para el reino de Dios.