Local Church Budget
December 3, 2016
Available Language(s):
Video Presenter: Raul Nestares
PRESENTER: Raul Nestares
Jacob pasó por una serie de eventos que incitaron su salida apresurada de la casa de su padre. El Señor se le apareció en la noche con un mensaje de seguridad y compañía. Jacob vio una escalera con ángeles caminando hacia arriba y abajo; el Señor estaba en la parte superior. Entonces llamó al lugar Betel que significa: casa de Dios. Jacob reconoció a Dios como el dador de las bendiciones materiales y prometió diezmar a medida que el Señor lo prosperara (Gen. 28).
Al diezmar reconocemos a Dios como el dueño de todo, incluyendo el noventa por ciento restante después de haber descontado el diez por ciento. Los creyentes consagran el monto total a través del acto de diezmar.
Con dicha perspectiva en mente, deberían gastar, ahorrar y dar con reverencia. Por ejemplo, el dinero gastado en ropa, comida y entretenimiento debería ser hecho de tal forma que refleje el dueño real. El creyente debería preguntarse: ¿Estoy honrando al Señor con esta ropa? ¿Es esta ropa modesta, económica, y de buena calidad? ¿Está honrando al Espíritu Santo que vive en mí, el alimento que consumo? ¿Estoy siendo renovado con el entretenimiento que he escogido? ¿Puedo ser un testigo de Cristo en este lugar donde me encuentro?
“La forma en que ganamos nuestro dinero, la forma en que lo gastamos, y la actitud que tenemos con referencia al dinero determina si estamos deshonrando a quien nos da el poder de obtener riquezas. Si somos fieles mayordomos, estamos invirtiendo en la causa del Señor y siendo testigos fieles, llevando frutos para el Señor” (Virginia Elly, Stewardship: Witnessing for Christ, 62).
Seamos buenos mayordomos devolviendo a Dios lo que le pertenece. De esa forma reconocemos a Dios como el dueño de todo.
Al diezmar reconocemos a Dios como el dueño de todo, incluyendo el noventa por ciento restante después de haber descontado el diez por ciento. Los creyentes consagran el monto total a través del acto de diezmar.
Con dicha perspectiva en mente, deberían gastar, ahorrar y dar con reverencia. Por ejemplo, el dinero gastado en ropa, comida y entretenimiento debería ser hecho de tal forma que refleje el dueño real. El creyente debería preguntarse: ¿Estoy honrando al Señor con esta ropa? ¿Es esta ropa modesta, económica, y de buena calidad? ¿Está honrando al Espíritu Santo que vive en mí, el alimento que consumo? ¿Estoy siendo renovado con el entretenimiento que he escogido? ¿Puedo ser un testigo de Cristo en este lugar donde me encuentro?
“La forma en que ganamos nuestro dinero, la forma en que lo gastamos, y la actitud que tenemos con referencia al dinero determina si estamos deshonrando a quien nos da el poder de obtener riquezas. Si somos fieles mayordomos, estamos invirtiendo en la causa del Señor y siendo testigos fieles, llevando frutos para el Señor” (Virginia Elly, Stewardship: Witnessing for Christ, 62).
Seamos buenos mayordomos devolviendo a Dios lo que le pertenece. De esa forma reconocemos a Dios como el dueño de todo.
Video Presenter: Raul Nestares
PRESENTER: Raul Nestares
Jacob pasó por una serie de eventos que incitaron su salida apresurada de la casa de su padre. El Señor se le apareció en la noche con un mensaje de seguridad y compañía. Jacob vio una escalera con ángeles caminando hacia arriba y abajo; el Señor estaba en la parte superior. Entonces llamó al lugar Betel que significa: casa de Dios. Jacob reconoció a Dios como el dador de las bendiciones materiales y prometió diezmar a medida que el Señor lo prosperara (Gen. 28).
Al diezmar reconocemos a Dios como el dueño de todo, incluyendo el noventa por ciento restante después de haber descontado el diez por ciento. Los creyentes consagran el monto total a través del acto de diezmar.
Con dicha perspectiva en mente, deberían gastar, ahorrar y dar con reverencia. Por ejemplo, el dinero gastado en ropa, comida y entretenimiento debería ser hecho de tal forma que refleje el dueño real. El creyente debería preguntarse: ¿Estoy honrando al Señor con esta ropa? ¿Es esta ropa modesta, económica, y de buena calidad? ¿Está honrando al Espíritu Santo que vive en mí, el alimento que consumo? ¿Estoy siendo renovado con el entretenimiento que he escogido? ¿Puedo ser un testigo de Cristo en este lugar donde me encuentro?
“La forma en que ganamos nuestro dinero, la forma en que lo gastamos, y la actitud que tenemos con referencia al dinero determina si estamos deshonrando a quien nos da el poder de obtener riquezas. Si somos fieles mayordomos, estamos invirtiendo en la causa del Señor y siendo testigos fieles, llevando frutos para el Señor” (Virginia Elly, Stewardship: Witnessing for Christ, 62).
Seamos buenos mayordomos devolviendo a Dios lo que le pertenece. De esa forma reconocemos a Dios como el dueño de todo.
Al diezmar reconocemos a Dios como el dueño de todo, incluyendo el noventa por ciento restante después de haber descontado el diez por ciento. Los creyentes consagran el monto total a través del acto de diezmar.
Con dicha perspectiva en mente, deberían gastar, ahorrar y dar con reverencia. Por ejemplo, el dinero gastado en ropa, comida y entretenimiento debería ser hecho de tal forma que refleje el dueño real. El creyente debería preguntarse: ¿Estoy honrando al Señor con esta ropa? ¿Es esta ropa modesta, económica, y de buena calidad? ¿Está honrando al Espíritu Santo que vive en mí, el alimento que consumo? ¿Estoy siendo renovado con el entretenimiento que he escogido? ¿Puedo ser un testigo de Cristo en este lugar donde me encuentro?
“La forma en que ganamos nuestro dinero, la forma en que lo gastamos, y la actitud que tenemos con referencia al dinero determina si estamos deshonrando a quien nos da el poder de obtener riquezas. Si somos fieles mayordomos, estamos invirtiendo en la causa del Señor y siendo testigos fieles, llevando frutos para el Señor” (Virginia Elly, Stewardship: Witnessing for Christ, 62).
Seamos buenos mayordomos devolviendo a Dios lo que le pertenece. De esa forma reconocemos a Dios como el dueño de todo.