Local Church Budget

October 15, 2016

Available Language(s):

Author: Nelson Silva

Video Presenter: John Mathews


PRESENTER: John Mathews

Like yellow fever, greed is an illness that overtakes people’s lives to the point of doing unthinkable things. For instance, during the 1800s the gold rush fever broke out, and people from around the world traveled to San Francisco with the goal of becoming rich overnight. Many died in the attempt to reach their destination as they were unprepared for multiple dangers, illnesses, and unfavorable environmental conditions.

Money is amoral, which means that it is a tool. Money can be used to build up a community or destroy it. San Francisco, for instance, became a city of greed, moral decay, and crime during the Gold fever era. Money, however, could be used to feed, shelter, and educate a community instead. “The love of money is a root of all kinds of evil” (1 Tim. 6:10).

Covetousness, the invisible sin, is deep and private and devastating. In fact, most sins can trace their roots back to it. Coveting money, for instance, can lead to a series of maladies such as stealing, gambling, lying, bribery, oppression, family-breakdown, wrong kind of business, breakdown of the Sabbath, murder, war, muddling the motives of religious workers, and far more (see Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 65–81).

Someone has said, “If you wish to be delivered from the love of money, give freely.” Giving is the cure to the inherently selfish nature of humanity. God instituted the tithing and offering system to help believers keep greed in check. May you love God more than money. May you avoid greed by giving generously.

Today’s offering will go to support our local church and its outreach to others.


2016-10-15

Author: Nelson Silva

Video Presenter:

En parcourant rapidement la Bible, vous remarquez vite que lorsque le peuple de Dieu Lui obéissait et croyait en Lui, Il le bénissait et le protégeait. Mais quand ils se détournaient de Dieu et dépendaient de leurs propres ressources, ils se retrouvaient dans de sérieux problèmes.

Un exemple typique se trouve en 1 Chroniques 21.1-4. C’est l’histoire du dénombrement d’Israël par David. L’histoire commence comme suit : “Satan se leva contre Israël, et il excita David à faire le dénombrement d’Israël.” Notez que c’était l’idée de Satan de tenter David pour dénombrer les hommes d’Israël qui étaient prêts à se battre. Il a tenté David de compter sur ses propres forces au lieu de dépendre de la providence de Dieu. David a payé le prix terrible de céder à la suggestion de Satan.

Quand nous faisons face aux problèmes dans nos vies, Satan est prêt à nous tenter pour que nous comptions sur nous-mêmes au lieu de compter sur Dieu. Lorsque nous sommes financièrement fidèles avec nos dîmes et nos offrandes, nous démontrons notre engagement spirituel envers Dieu. Ceci est de loin le facteur spirituel le plus important dans la gestion de la vie pour un chrétien.

Appel : C’est au moment des tribulations et adversités que nous développons et démontrons notre caractère. Montrons à Dieu et au monde que nous avons placé notre confiance en Lui. Réclamons les nombreuses bénédictions de Dieu en Lui retournant nos dîmes et nos offrandes aujourd’hui.

Author: Nelson Silva

Video Presenter:

Como a febre amarela, a ganância é uma doença que envolve de tal forma a vida das pessoas que as leva a fazer coisas impensáveis. Por exemplo, durante os anos 1800, começou a febre da corrida pelo ouro e pessoas de todo o mundo viajaram para São Francisco com o objetivo de se tornarem ricas da noite para o dia. Muitos morreram na tentativa de chegar ao seu destino, pois não estavam preparados para enfrentar vários perigos, doenças e condições ambientais desfavoráveis.

O dinheiro é amoral, o que significa que ele é uma ferramenta. Ele pode ser usado para construir uma comunidade ou destruí-la. São Francisco, por exemplo, tornou-se a cidade da ganância, da decadência moral e do crime durante a era da febre do ouro. Em vez disso, o dinheiro poderia ser usado para alimentar, abrigar e educar uma comunidade. “O amor do dinheiro é raiz de todos os males” (1Tm. 6:10).

A cobiça, o pecado invisível, é profunda, íntima e devastadora. Na verdade, a maioria dos pecados têm suas raízes nela. Cobiçar o dinheiro, por exemplo, pode levar a uma série de doenças sociais, tais como o roubo, jogos de azar, mentira, corrupção, opressão, destruição da família, negócios escusos, quebra do Sábado, assassinato, guerras, e pode confundir os motivos dos obreiros religiosos e muito mais (ver Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold- Seu Deus e Seu Ouro, 65–81).

Alguém disse: “Se você desejar se livrar do amor ao dinheiro, faça doações liberais.” Dar é a cura para a natureza inerentemente egoísta da humanidade. Deus instituiu o sistema dos dízimos e das ofertas para ajudar os crentes a manter a ganância sob controle. Que você ame mais a Deus que ao dinheiro. Que você evite a ganância, dando generosamente.

A oferta de hoje irá apoiar nossa igreja local a alcançar outras pessoas.

Author: Nelson Silva

Video Presenter: Raul Nestares


PRESENTER: Raul Nestares

Como la fiebre amarilla, la avaricia es una enfermedad que toma la vida de las personas al punto de llevarlas a hacer cosas que nunca creerían posible. Por ejemplo, durante la fiebre de oro que se desató más de un siglo atrás, cuando personas de todas partes del mundo viajaron a San Francisco con el objetivo de convertirse en ricos de la noche a la mañana, muchos murieron intentando llegar a su destino; no estaban preparados para enfrentar los múltiples peligros, enfermedades y condiciones desfavorables del ambiente.

El dinero no tiene moral, lo que significa que es solamente una herramienta. El dinero podría ser usado para construir una comunidad o destruirla. Por ejemplo, San Francisco, durante esta época de la fiebre de oro, se convirtió en una ciudad de codicia, decadencia moral y crimen. Por el contrario, el dinero podría ser usado para alimentar, dar techo y educar a la comunidad. El problema no es el dinero, sino “…el amor al dinero” (1 Tim. 6:10).

La codicia, el pecado invisible, es profundo y privado al mismo tiempo que devastador. De hecho, la mayoría de los pecados pueden trazar sus raíces ahí. Codiciar dinero, por ejemplo, puede llevar a una serie de problemas como robar, apostar, mentir, sobornar, oprimir; asimismo llega la destrucción del círculo familiar, la realización de negocios ilícitos, violar el día del Señor, cometer un asesinato, provocar una guerra, sabotear los motivos de los trabajadores religiosos y llevar a la perdición (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 65-81).

Alguien dijo, “Si quieres ser liberado del amor al dinero, da con liberalidad”. La dadivosidad es la cura del egoísmo inherente de la naturaleza humana. Dios instituyó el sistema de diezmos y ofrendas para ayudar a los creyentes a mantener la codicia bajo control.

Que pueda amar a Dios más que al dinero. Que pueda evitar la codicia con una dosis de generosidad. Las ofrendas de hoy apoyarán a la iglesia local y sus programas de evangelismo.


Author: Nelson Silva

Video Presenter: Raul Nestares


PRESENTER: Raul Nestares

Como la fiebre amarilla, la avaricia es una enfermedad que toma la vida de las personas al punto de llevarlas a hacer cosas que nunca creerían posible. Por ejemplo, durante la fiebre de oro que se desató más de un siglo atrás, cuando personas de todas partes del mundo viajaron a San Francisco con el objetivo de convertirse en ricos de la noche a la mañana, muchos murieron intentando llegar a su destino; no estaban preparados para enfrentar los múltiples peligros, enfermedades y condiciones desfavorables del ambiente.

El dinero no tiene moral, lo que significa que es solamente una herramienta. El dinero podría ser usado para construir una comunidad o destruirla. Por ejemplo, San Francisco, durante esta época de la fiebre de oro, se convirtió en una ciudad de codicia, decadencia moral y crimen. Por el contrario, el dinero podría ser usado para alimentar, dar techo y educar a la comunidad. El problema no es el dinero, sino “…el amor al dinero” (1 Tim. 6:10).

La codicia, el pecado invisible, es profundo y privado al mismo tiempo que devastador. De hecho, la mayoría de los pecados pueden trazar sus raíces ahí. Codiciar dinero, por ejemplo, puede llevar a una serie de problemas como robar, apostar, mentir, sobornar, oprimir; asimismo llega la destrucción del círculo familiar, la realización de negocios ilícitos, violar el día del Señor, cometer un asesinato, provocar una guerra, sabotear los motivos de los trabajadores religiosos y llevar a la perdición (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 65-81).

Alguien dijo, “Si quieres ser liberado del amor al dinero, da con liberalidad”. La dadivosidad es la cura del egoísmo inherente de la naturaleza humana. Dios instituyó el sistema de diezmos y ofrendas para ayudar a los creyentes a mantener la codicia bajo control.

Que pueda amar a Dios más que al dinero. Que pueda evitar la codicia con una dosis de generosidad. Las ofrendas de hoy apoyarán a la iglesia local y sus programas de evangelismo.