Local Church Budget
September 3, 2016
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Video Presenter: Lourdes Acuna
PRESENTER: Lourdes Acuna
Una joven notó que su madre tenía unos candelabros de plata que habían pertenecido a su abuela. Entonces preguntó: “Veo que tienes los candelabros de la abuela. “¿Quién es la dueña?” La madre respondió con una reflexión interesante. “El bisabuelo compró esos candelabros hace casi 100 años. Él pensó que eran suyos porque él los compró. Cuando murió, su hijo los recibió.
Él pensó que eran suyos porque los había heredado. Cuando el abuelo falleció, los candelabros cambiaron de dueño otra vez y fueron a la casa de la tía Susana. Cuando la tía Susana murió, mi madre los heredó, y así es como yo los recibí como herencia. Ahora, dime tú, ¿quién es el verdadero dueño de los candelabros?” (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 37).
La teología práctica debería dar una respuesta a esa pregunta. En la Biblia hay algunas respuestas: 1 Pedro 2:11 dice que los creyentes son extranjeros y peregrinos en la tierra; Santiago 4:14 dice que la vida “es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. Salmos 24:1 dice que “…de Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
De tal forma que el creyente debe llegar a la conclusión que nada, incluso la vida o los candelabros, pertenecen a los seres humanos. La vida y las cosas son regalos de Dios. Salomón concluye diciendo: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl. 12:13).
¿Quisiera mostrarle reverencia y confianza a Dios con su dinero? Sus ofrendas de hoy harán una diferencia en nuestra congregación. Lo desafío a que escoja confiar en Dios a través de sus posesiones.
Él pensó que eran suyos porque los había heredado. Cuando el abuelo falleció, los candelabros cambiaron de dueño otra vez y fueron a la casa de la tía Susana. Cuando la tía Susana murió, mi madre los heredó, y así es como yo los recibí como herencia. Ahora, dime tú, ¿quién es el verdadero dueño de los candelabros?” (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 37).
La teología práctica debería dar una respuesta a esa pregunta. En la Biblia hay algunas respuestas: 1 Pedro 2:11 dice que los creyentes son extranjeros y peregrinos en la tierra; Santiago 4:14 dice que la vida “es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. Salmos 24:1 dice que “…de Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
De tal forma que el creyente debe llegar a la conclusión que nada, incluso la vida o los candelabros, pertenecen a los seres humanos. La vida y las cosas son regalos de Dios. Salomón concluye diciendo: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl. 12:13).
¿Quisiera mostrarle reverencia y confianza a Dios con su dinero? Sus ofrendas de hoy harán una diferencia en nuestra congregación. Lo desafío a que escoja confiar en Dios a través de sus posesiones.
Video Presenter: Lourdes Acuna
PRESENTER: Lourdes Acuna
Una joven notó que su madre tenía unos candelabros de plata que habían pertenecido a su abuela. Entonces preguntó: “Veo que tienes los candelabros de la abuela. “¿Quién es la dueña?” La madre respondió con una reflexión interesante. “El bisabuelo compró esos candelabros hace casi 100 años. Él pensó que eran suyos porque él los compró. Cuando murió, su hijo los recibió.
Él pensó que eran suyos porque los había heredado. Cuando el abuelo falleció, los candelabros cambiaron de dueño otra vez y fueron a la casa de la tía Susana. Cuando la tía Susana murió, mi madre los heredó, y así es como yo los recibí como herencia. Ahora, dime tú, ¿quién es el verdadero dueño de los candelabros?” (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 37).
La teología práctica debería dar una respuesta a esa pregunta. En la Biblia hay algunas respuestas: 1 Pedro 2:11 dice que los creyentes son extranjeros y peregrinos en la tierra; Santiago 4:14 dice que la vida “es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. Salmos 24:1 dice que “…de Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
De tal forma que el creyente debe llegar a la conclusión que nada, incluso la vida o los candelabros, pertenecen a los seres humanos. La vida y las cosas son regalos de Dios. Salomón concluye diciendo: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl. 12:13).
¿Quisiera mostrarle reverencia y confianza a Dios con su dinero? Sus ofrendas de hoy harán una diferencia en nuestra congregación. Lo desafío a que escoja confiar en Dios a través de sus posesiones.
Él pensó que eran suyos porque los había heredado. Cuando el abuelo falleció, los candelabros cambiaron de dueño otra vez y fueron a la casa de la tía Susana. Cuando la tía Susana murió, mi madre los heredó, y así es como yo los recibí como herencia. Ahora, dime tú, ¿quién es el verdadero dueño de los candelabros?” (Leslie B. Flynn, Your God and Your Gold, 37).
La teología práctica debería dar una respuesta a esa pregunta. En la Biblia hay algunas respuestas: 1 Pedro 2:11 dice que los creyentes son extranjeros y peregrinos en la tierra; Santiago 4:14 dice que la vida “es un vapor que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece”. Salmos 24:1 dice que “…de Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan”.
De tal forma que el creyente debe llegar a la conclusión que nada, incluso la vida o los candelabros, pertenecen a los seres humanos. La vida y las cosas son regalos de Dios. Salomón concluye diciendo: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre” (Ecl. 12:13).
¿Quisiera mostrarle reverencia y confianza a Dios con su dinero? Sus ofrendas de hoy harán una diferencia en nuestra congregación. Lo desafío a que escoja confiar en Dios a través de sus posesiones.