Local Church Budget
March 21, 2015
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Video Presenter: Ernie Castillo
PRESENTER: Ernie Castillo
Una de las características del mayordomo infiel es su capacidad de despilfarro. Ese siervo dice en su corazón: “‘Mi señor tarda en venir’, y comienza a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente” (Mat. 24:47-51). En cambio, el mayordomo prudente es juicioso al usar los recursos que se le confirieron. En la Biblia encontramos varios ejemplos de siervos fieles que hicieron buen uso de los bienes de su Señor.
En la multiplicación de los panes y los peces, Jesús dio ejemplo de economía. El texto sagrado dice: “Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada’” (Juan 6:12). Con la discreta frase: “Que no se pierda nada”, Jesús enseñó un poderoso principio de orden, economía y santidad. Es aleccionador ver al Dueño de todo cuanto existe dispuesto a que no se desperdiciara un solo pedazo de pan.
Ahorrar no es un simple tema de economía: es una asignatura básica del plan de salvación. Hagamos buen uso de las bendiciones de Dios y pongamos en el canasto el diezmo y las ofrendas, recordando que lo importante es “que no se pierda nada”. Hoy tu iglesia local será bendecida con tus generosos donativos.
En la multiplicación de los panes y los peces, Jesús dio ejemplo de economía. El texto sagrado dice: “Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada’” (Juan 6:12). Con la discreta frase: “Que no se pierda nada”, Jesús enseñó un poderoso principio de orden, economía y santidad. Es aleccionador ver al Dueño de todo cuanto existe dispuesto a que no se desperdiciara un solo pedazo de pan.
Ahorrar no es un simple tema de economía: es una asignatura básica del plan de salvación. Hagamos buen uso de las bendiciones de Dios y pongamos en el canasto el diezmo y las ofrendas, recordando que lo importante es “que no se pierda nada”. Hoy tu iglesia local será bendecida con tus generosos donativos.
Video Presenter: Ernie Castillo
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Una de las características del mayordomo infiel es su capacidad de despilfarro. Ese siervo dice en su corazón: “‘Mi señor tarda en venir’, y comienza a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente” (Mat. 24:47-51). En cambio, el mayordomo prudente es juicioso al usar los recursos que se le confirieron. En la Biblia encontramos varios ejemplos de siervos fieles que hicieron buen uso de los bienes de su Señor.
En la multiplicación de los panes y los peces, Jesús dio ejemplo de economía. El texto sagrado dice: “Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada’” (Juan 6:12). Con la discreta frase: “Que no se pierda nada”, Jesús enseñó un poderoso principio de orden, economía y santidad. Es aleccionador ver al Dueño de todo cuanto existe dispuesto a que no se desperdiciara un solo pedazo de pan.
Ahorrar no es un simple tema de economía: es una asignatura básica del plan de salvación. Hagamos buen uso de las bendiciones de Dios y pongamos en el canasto el diezmo y las ofrendas, recordando que lo importante es “que no se pierda nada”. Hoy tu iglesia local será bendecida con tus generosos donativos.
En la multiplicación de los panes y los peces, Jesús dio ejemplo de economía. El texto sagrado dice: “Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: ‘Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada’” (Juan 6:12). Con la discreta frase: “Que no se pierda nada”, Jesús enseñó un poderoso principio de orden, economía y santidad. Es aleccionador ver al Dueño de todo cuanto existe dispuesto a que no se desperdiciara un solo pedazo de pan.
Ahorrar no es un simple tema de economía: es una asignatura básica del plan de salvación. Hagamos buen uso de las bendiciones de Dios y pongamos en el canasto el diezmo y las ofrendas, recordando que lo importante es “que no se pierda nada”. Hoy tu iglesia local será bendecida con tus generosos donativos.