Local Church Budget

August 2, 2014

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Author: NAD Stewardship

Video Presenter: John Mathews


PRESENTER: John Mathews
A successful business man was once asked the secret of his success. His reply summed up success in these three words: and then some. He learned early in life that the difference between average people and successful people could be summed up by doing what was expected of them, “and then some”!

Unfortunately, many have accepted the idea of just getting by. The student who is satisfied with a “C” grade could be making an “A.” Or the employee who is only concerned about receiving a paycheck could be working toward a promotion. This is what Jay Lockhart calls, “the malady of the minimum!”

To be average is to be just as near the bottom as the top. It is the best of the worst and worst of the best. Why seek to be average in anything? Seek to excel! Go higher! Grow! Why be an average Christian? Why be an average church?

Let these words “and then some” serve as medicine for your spirit! Attend services faithfully—and then some. Greet those near you—and then some. Meet your obligations—and then some. Be dependable—and then some. Be a good friend—and then some. Today, as the offering plate comes down your aisle, give generously—“and then some!” Remember Who has done that for you already.

Author: NAD Stewardship

Video Presenter: Elden Ramirez


PRESENTER: Elden Ramirez
Cierta vez se le preguntó a un comerciante de éxito, cual era el secreto de su éxito. Su respuesta resumió el éxito en estas palabras: "y algo más." El aprendió, temprano en la vida, que la diferencia entre la gente común y los verdaderamente exitosos podía ser resumida en tres palabras. Ellos hicieron lo que se esperaba "¡y algo más!"

Desafortunadamente, muchos han aceptado la idea de salir adelante ¡con lo justo! El estudiante que queda satisfecho con una nota de “C”, podría obtener una “A.” Está el empleado que se ocupa de trabajar sólo las horas suficientes para recibir un cheque. Esto es a lo que Jay Lockhart llama "¡la enfermedad del menor esfuerzo!"

¡Ser promedio es estar tan cerca de la parte inferior, como de la parte superior! Esto es lo mejor de lo peor y lo peor de lo mejor! ¿Por qué buscar ser promedio en algo? ¡Procura sobresalir! ¡Ir más alto! ¡Crecer! ¿Por qué ser un cristiano promedio? ¿Por qué ser una iglesia promedio?

Permita que éstas palabras: “y algo más” ¡sirvan de tónico para nuestro espíritu! Asista a los servicios fielmente—“¡y algo más!” Saluda a aquellos cerca de ti —“¡y algo más!“ Atiende a tus compromisos—“¡y algo más!” Sé confiable—“¡y algo más!” Sé un buen amigo—“¡y algo más!“ Hoy, mientras el plato de la ofrenda llega por tu pasillo, da generosamente—“¡y algo más!” Recuerda quién hizo eso por ti.

Author: NAD Stewardship

Video Presenter: Elden Ramirez


PRESENTER: Elden Ramirez
Cierta vez se le preguntó a un comerciante de éxito, cual era el secreto de su éxito. Su respuesta resumió el éxito en estas palabras: "y algo más." El aprendió, temprano en la vida, que la diferencia entre la gente común y los verdaderamente exitosos podía ser resumida en tres palabras. Ellos hicieron lo que se esperaba "¡y algo más!"

Desafortunadamente, muchos han aceptado la idea de salir adelante ¡con lo justo! El estudiante que queda satisfecho con una nota de “C”, podría obtener una “A.” Está el empleado que se ocupa de trabajar sólo las horas suficientes para recibir un cheque. Esto es a lo que Jay Lockhart llama "¡la enfermedad del menor esfuerzo!"

¡Ser promedio es estar tan cerca de la parte inferior, como de la parte superior! Esto es lo mejor de lo peor y lo peor de lo mejor! ¿Por qué buscar ser promedio en algo? ¡Procura sobresalir! ¡Ir más alto! ¡Crecer! ¿Por qué ser un cristiano promedio? ¿Por qué ser una iglesia promedio?

Permita que éstas palabras: “y algo más” ¡sirvan de tónico para nuestro espíritu! Asista a los servicios fielmente—“¡y algo más!” Saluda a aquellos cerca de ti —“¡y algo más!“ Atiende a tus compromisos—“¡y algo más!” Sé confiable—“¡y algo más!” Sé un buen amigo—“¡y algo más!“ Hoy, mientras el plato de la ofrenda llega por tu pasillo, da generosamente—“¡y algo más!” Recuerda quién hizo eso por ti.