John Wanamaker, una vez hizo un viaje a China para determinar qué tan bien se estaba utilizando el dinero que él había dado a las misiones. Se encontró con un hombre viejo que estaba arando con una herramienta tosca. Dicha herramienta era arrastrada por un buey y un joven. Al pedir una explicación se le dijo que su capilla necesitaba un espiral, para que pudiera ser visible a kilómetros de distancia. Los miembros habían orado, pero el dinero no era suficiente. Entonces el hijo le había dicho: "Vendamos uno de nuestros bueyes y yo llevare el yugo del buey que vendamos". Wanamaker oró: "Señor, déjame estar enganchado a un arado, para que pueda conocer la alegría de dar con sacrificio".

Nuestro presupuesto de iglesia provee fondos para varias cosas aquí en esta iglesia. Las utilidades, seguros y mantenimiento; son sólo una parte de las muchas partidas de gastos que se pagan mes a mes.

Gracias a cada uno por su apoyo sistemático con los gastos de funcionamiento de esta congregación. No hay duda de que el Señor se complace, cuando su pueblo sostiene semanalmente su obra, aquí en nuestra iglesia.