La ofrenda de hoy es para beneficiar a nuestra asociación local. Mel Reese contó acerca de un miembro de iglesia que dijo que a ella no le quedaba dinero para las ofrendas, a causa de los pagos de un automóvil nuevo.

"Por supuesto", decía ella, "después de que el coche sea pagado, Dios puede tener ese dinero." Ella le estaba dando a Dios las sobras. Para algunos cristianos Dios ocupa el último lugar. Él sólo recibe lo que les queda, después de que todas sus necesidades y deseos son atendidos.

Dios no lo hizo así con nosotros. Cuando nuestra salvación estuvo en juego, él dio el regalo más rico que el cielo tenía, ¡Su Hijo Unigénito! ¿No deberíamos colocarlo a él primero?

No deberíamos estar satisfechos dejando que otra persona pague todas las facturas, mientras nos relajamos y nos vamos en un viaje gratis, por así decirlo. Cada miembro que es capaz debe apoyar a la iglesia, de modo que no sólo algunos tengan que llevar una carga tan pesada.

En Gálatas 6:02 Pablo nos instruye a " Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo." Vamos todos a hacer nuestra parte, para ayudar a que la iglesia de Dios en la tierra prospere y crezca. Si usted no ha estado apoyando el presupuesto de la iglesia cada mes, nos gustaría invitarlo a que comience a hacerlo lo más pronto posible.